#CHUCKSTAY

No tenemos ni la más remota idea de qué ha podido decirle Chuck Pagano a Jim Irsay para que éste le haya ofrecido una renovación de su contrato por cuatro años. Que Chuck no iba a ser el entrenador de los Colts para la próxima temporada era algo que se daba por hecho en todas partes, una sentencia de muerte firmada a falta de su ejecución. Y sin embargo, Pagano, tras una larga reunión con el dueño de la franquicia, ha conseguido que su proyecto de crear un monstruo siga vivo un año más.

En lo deportivo las cosas no podrían haber ido peor para el equipo esta campaña. Fuera de playoffs, con su QB franquicia lesionado (y por lo que parece bastante más grave de lo que nos han querido hacer pensar), y un nivel de juego horrible. Todos los dedos apuntaban hacia Chuck Pagano como cabeza de turco.

La relación entre el entrenador principal y el director general ha sido la noticia de la temporada. No sabemos hasta qué punto la toxicidad que se ha respirado en las instalaciones de los Colts haya podido influir en los malos resultados. Lo que es cierto es que las interferencias constantes de Ryan Grigson en cuestiones deportivas han sido el desencadenante de dicha mala relación.

La única explicación posible a la renovación de Pagano, es que el papel de Grigson se vea reducido sustancialmente. De otro modo no se entiende el movimiento. Por lo que hemos podido saber a través de la prensa especializada, el poder de Grigson era tal, que llegaba a decidir las alineaciones e incluso opinaba sobre el playbook.

Podríamos enumerar una gran cantidad de malas decisiones tomadas, tanto por Pagano como por el bueno de Grigs. El WTFake punt, los inicios lentos, la porosidad de la línea ofensiva, el fichaje de bluffs como Hakeem Nicks, Trent Richardson o Andre Johnson, drafteos incomprensibles como el de Phillip Dorsett en primera ronda. Son muchos los errores cometidos tanto por el cuerpo técnico como por la gente de las oficinas, pero también es verdad que entre ambos cogieron un equipo que venía de una temporada horrible, y en plena reconstrucción consiguieron llevarlo a playoffs.

Lo único cierto ahora mismo es que tanto Chuck Pagano como Ryan Grigson estarán al cargo del equipo durante la próxima temporada. Por lo que hemos podido saber, a partir de ahora Pagano sólo responderá ante Irsay. Si es cierto que Grigson va a ver mermado su poder, será interesante ver cómo funciona la plantilla sin sus interferencias.

Lo hemos repetido varias veces, los jugadores adoran a Chuck. Muchos de ellos han hecho público su deseo de que continuara al frente del vestuario. ¿Son Pagano y Grigson la apuesta de futuro que necesita la franquicia para conseguir su objetivo final? Sólo el tiempo podrá decirlo, pero a simple vista, no era la decisión que muchos esperábamos. La relación entre ambos está demasiado deteriorada y, o cambia mucho la actitud y el ambiente, o difícilmente veremos a Andrew Luck cubierto de anillos, tal y cómo Irsay nos había prometido.