viernes, 26 de junio de 2015

Pieza a pieza (4ª parte, BACKFIELD).


El juego terrestre de los Colts de este año tendrá nombre propio: Frank Gore. Después de haber sufrido durante la pasada temporada la lesión de Ahmad Bradshaw y el bajo rendimiento de Trent Richardson, este año parece que el juego de carrera puede volver a tener cierto protagonismo, y, sobre todo, buenos resultados.

La última campaña, el equipo dejó mucho que desear con el ataque terrestre. Escuchamos una y otra vez que la ofensiva de los Colts era unidimensional. Ahmad Bradshaw estaba haciendo una buena temporada (en 10 partidos consiguió 425 yardas, 4,7 por intento y dos touchdowns, a los que hay que sumar 300 yardas de recepción y 7 touchdowns) hasta que se lesionó para todo el año. T-Rich corrió una media de 3,3 yardas por intento. En mitad del desastre, Boom Herron dio un paso adelante y cumplió lo mejor que pudo como titular.

La carrera no terminó de funcionar del todo en ningún momento. Al menos no como para aliviar realmente al pase. La línea no supo abrir bien los huecos y salvo el empeño puesto por Bradshaw no vimos nada fuera de lo normal. El backfield nunca llegó a ser un fundamento, sino más bien una vía de escape en algunos momentos. Más allá de las salidas de Bradshaw recibiendo desde atrás, nunca fue un verdadero peligro. No fue un factor a tener en cuenta por las defensas para estructurar su juego.

Frank Gore puede hacer que las cosas cambien en el juego de ataque de los de la herradura.

En un movimiento acertado, Ryan Grigson trae a Gore desde los 49ers como refuerzo a corto plazo para el backfield. Gore ha venido con la clara intención de ganar un Super Bowl esta temporada y nadie espera que sea la respuesta para el futuro. Es una bestia que lleva a sus espaldas más de 11.000 yardas de carrera y que el año pasado corrió para 1.106 yardas, 4,3 por intento y 4 touchdowns. Es un jugador muy potente y por el momento no ha dado señales de declive, pero nadie sabe cuánta gasolina le queda realmente. Su presencia deberá abrir el campo y darle opciones al ataque, no olvidemos que el equipo no cuenta con un corredor de más de 1000 yardas por temporada desde los primeros años de Joseph Addai.

Con Gore como epicentro del juego de carrera, el ataque de los Colts tiene que diversificarse. El peligro de un tipo como Gore, que puede colarse por el mínimo hueco que haya, puede desequilibrar a las defensas. Hemos visto que durante 2014 ha sido el corredor que más veces se ha tenido que enfrentar a un box poblado por 8 o más jugadores. ¡Que le pongan 8 jugadores en el box a Andrew Luck! Su presencia en el campo, si le acompañan los resultados, será determinante, y completará a un ataque eminentemente pasador.

Junto al ex de los 49ers, es más que posible que Boom Herron salga como segundo corredor. Tendrá sus snaps, porque lo merece y porque Pep Hamilton no puede cargar todo el peso del juego terrestre en Gore. A pesar de no ser una estrella, Herron ha demostrado con creces que es capaz de afrontar el puesto sin titubear.

El tercer puesto sí que va a tener competencia, y mucha. En primer lugar tenemos a Vick Ballard, jugador drafteado en 2012 y que tuvo un excelente primer año, pero que se ha perdido los dos últimos por lesiones. Si es capaz de mantenerse sano de aquí a septiembre y da buena imagen, es posible que se haga un hueco final en la plantilla. A pesar de su fragilidad, por su talento podría ser una opción de futuro. Junto a él, el equipo cuenta con Josh Robinson, un jugador de perfil completo similar al de Bradshaw y elegido en el draft de este año en sexta ronda. Además, el cuerpo técnico cuenta con una serie de corredores undrafted entre los que destaca el HB de la universidad de Yale, Tyler Varga. Otro que podría estar en la pelea es Zurlon Tipton. El año pasado no lo hizo del todo mal, aunque no sabemos qué posibilidades reales tenga de superar los cortes de agosto.

Que Frank Gore y Dan "Boom" Herron serán los RB1 y RB2 es cosa casi segura. Entre ambos cubren bien dos estilos de juego diferente. El primero ha venido desde San Francisco para ganar el codiciado anillo que la franquicia californiana le ha negado. El segundo demostró con creces el año pasado que merece tener un papel más o menos significativo en el ataque. Cualquiera de los corredores que luchan por el tercer puesto podrían ser buenas opciones de futuro, pero si Ballard permanece sano durante todo el año y vuelve a correr al nivel de su primer año, podría ser el recambio natural de Gore para la próxima temporada.

Mucho han cambiado las cosas en el backfield con respecto al año pasado. La línea ofensiva parece haber mejorado sensiblemente, lo que también debería ayudar. La pérdida de Bradshaw (que aún no tiene equipo) y de Richardson se han visto suplidas con creces con las nuevas incorporaciones y el supuesto regreso de Ballard. Ryan Grigson quiere un ataque más compensado y no ha escatimado dólares y esfuerzo para conseguirlo. Es presumible que el año que viene el juego de carrera sea más importante a la hora de darle opciones al pase. Con Frank Gore a la cabeza, este backfield puede ponerle las cosas difíciles a las defensivas. Andrew Luck tiene que estar frotándose las manos.







Fotografía: Matt Bowen.

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