viernes, 19 de junio de 2015

Pieza a pieza (3ª parte, LINEA OFENSIVA).


Ocho de cada diez aficionados de los Colts os dirán que la OL es el mayor problema que tiene el equipo ahora mismo. La falta de continuidad y los malos resultados fueron la tónica durante gran parte de la pasada temporada. Muchos esperaban la llegada de refuerzos en el draft, pero hubo que esperar a la última selección, en la séptima ronda, para que Ryan Grigson trajera al equipo un hombre de línea del que nadie había oído hablar.

Muchos son los que defienden que es en las trincheras donde se ganan o se pierden los partidos. Esta unidad ha provocado y provoca muchos quebraderos de cabeza. Es cierto que se ha mejorado en los últimos 3 años, pero la realidad es que es la parcela más floja de toda la ofensiva. El baile de jugadores durante la última campaña fue demencial. Vimos hasta 11 combinaciones diferentes y hasta el final de la temporada no se pudo contar con algo de continuidad, lo que le dio a la línea cierta consistencia.

Más allá de los problemas que el propio backfield haya podido tener, la OL no ha brillado especialmente bloqueando para la carrera. Protegiendo al QB tampoco han dado muy buena impresión. Se han jugado snaps fallidos y se han permitido turnovers en los que la línea ha estado muy involucrada. Pero más allá de la percepción que hayamos podido tener tras el visionado de los partidos, indaguemos un poco más a fondo en las estadísticas que afectan a su rendimiento.

Según football outsiders, en la temporada regular de 2014, la OL de los Colts fue la número 16 de la NFL bloqueando para la carrera y la séptima protegiendo el pase. Visto así no parece que la cosa sea tan mala como la pintan algunos. Se permitieron 29 sacks, y hasta 107 veces dejaron que golpearan a Andrew Luck. Son muchísimos intentos de pase (661), pero, aún con todo, el número de veces que han permitido que se llegue hasta el QB es sencillamente aterrador. Las estadísticas mejoran en postemporada y se permite nada más que un sack, pero vuelven a golpear al QB la obscena cantidad de 16 veces.

Como refuerzo ante una línea que no ha perdido a ninguno de sus titulares, la franquicia contrata al veterano Todd Herremans de los Eagles en la agencia libre y trae en séptima ronda a un Denzell Good del que nada se sabía.

A día de hoy la posición en mejor situación es la de left tackle. Anthony Castonzo se ha perfilado como el mejor jugador de la OL y el hombre de referencia. No debería ser raro poder contar con él para todos y cada uno de los snaps que juegue la ofensiva, pero creando profundidad tendrá detrás a Joe Reitz, que el año pasado no lo hizo mal cuando tuvo que cubrir el lado derecho.

Si las cosas siguen su curso natural, la posición de left guard la cubrirá Jack Mewhort. El año pasado destacó como rookie y lo hizo especialmente bien bloqueando para la carrera. Si tuviera que cubrir otra posición, como ya se viene hablando desde hace unas semanas, la plantilla cuenta con hombres como Donald Thomas, Lance Louise o el propio Joe Reitz, que también podría jugar pegado al center. Ben Hennan, que fue traído desde la CFL, es uno de los que podría llegar a hacerse un lugar en el equipo como guard.

En la posición de center es posible que veamos una lucha encarnizada durante la pretemporada entre los dos posibles titulares: Jonotthan Harrison y Khaled Holmes. Los dos jugaron el año pasado y, aunque es cierto que fue Holmes el que mejores sensaciones dio y el que tiene más posibilidades de acabar de titular, el cuerpo técnico ha mostrado mucha confianza en Harrison.

Como right guard, la línea cuenta con Todd Herremans, un jugador fiable cuando está sano, pero que es famoso por no jugar más de 8 partidos por temporada. Si las lesiones no respetan al veterano guard, el equipo cuenta con Hugh Thorton, que ha sido la pieza más débil de la OL cuando ha salido al campo como titular. Además, la posición tiene profundidad en jugadores ya nombrados como Thomas, Louise, Reitz o Hennan.

A la derecha, como right tackle, es probable que veamos de nuevo a Gosder Cherlius. El año pasado jugó lesionado prácticamente toda la temporada hasta que la cosa se agravó y tuvo que parar. Todavía hoy es una incógnita en qué momento podrá volver a jugar, aunque la idea es que pueda incorporarse al inicio de la temporada. Cuando ha estado sano ha sido una opción viable, pero se ha visto durante las OTAs y los mini-camps que la opción ahora mismo es Jack Mewhort. El supuesto guard ha sido el que más repeticiones ha jugado en esta posición. En la pelea por hacerse un hueco en el roster final estarán Ulrick John y Denzelle Good.

Si Khaled Holmes se asienta como center y explota todo el potencial que tiene, Todd Herremans se mantiene sano, y se cubre bien de una forma u otra el extremo derecho, el rendimiento de la línea tendría que mejorar sensiblemente frente al año pasado. No hay duda de que, hasta que se demuestre lo contrario, esta es la unidad más pobre de toda la ofensiva. También es cierto que la calidad que hay en el backfield, en el cuerpo de receptores y en el QB ensombrecerá ligeramente una actuación no muy notable por parte de la OL.

Prácticamente cualquier aficionado de los Colts os dirá que la línea es un dolor de cabeza. Desde luego plantea cierta incertidumbre. ¿Se debería haber reforzado más en la FA y el draft? Sí, desde luego. ¿Es un problema que roza el desastre? No, en absoluto. Si lo analizamos con frialdad, la temporada pasada no se hizo tan mal. La continuidad de los últimos partidos pareció asentar en cierto modo a la unidad. Las estadísticas dicen que, sin ser la mejor OL de la liga, tampoco es de las peores. Desde 4th Quarter Comeback creemos que puede cumplir con su papel de forma efectiva y permitir que el resto del ataque haga su trabajo.





Fotografía: Matt Bowen.

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