jueves, 19 de febrero de 2015

Poniéndole nota a los Colts (6ª parte - COACHES & GM).


Sexta y última entrada en la que revisamos a fondo una por una todas las piezas de los Indianapolis Colts durante su travesía deportiva por la temporada 2014/15. En este caso, y como hemos venido anunciando en repetidas ocasiones, le toca el turno al cuerpo técnico y al general manager.

Si nos ceñimos a los resultados, podemos decir que el cuerpo de entrenadores ha conseguido un buen récord de 11 victorias y 5 derrotas y además un hueco en la final de la AFC. Visto así, el trabajo realizado desde la banda ha sido muy satisfactorio. Si nos ceñimos, por el contrario, al nivel de juego mostrado, las cosas no resultan tan evidentemente positivas. Si algo ha caracterizado al juego de los Colts este año, ha sido su irregularidad. Se han sufrido bajas muy significativas dentro del campo y eso se ha notado mucho, pero los entrenadores deberían estar preparados para este tipo de eventualidades.

Se ha mostrado un nivel técnico bueno en líneas generales, pero también se han visto grandes defectos sobre el campo que podrían haberse gestionado mejor desde la banda. A pesar de haber mejorado respecto a años anteriores y haber cumplido bien, se echa de menos una figura explosiva que plante cara a los grandes estrategas de la liga, una figura que sepa exprimir al máximo todo el talento que tienen sus jugadores y que, en definitiva, mueva las piezas del tablero de ajedrez de tal forma que sea imposible anticiparse a sus jugadas.


ENTRENADOR PRINCIPAL (B):

Cuando Chuck Pagano tomó las riendas en 2012, los Colts venían de jugar la peor temporada de su historia reciente. Cogió un equipo que sustituía a una estrella que había crecido en Indianapolis por una promesa emergente que parecía que podía encajar en una posición comprometida. Ese mismo año, Chuck Pagano sufrió un ataque de leucemia que lo tuvo apartado del equipo durante unos meses, y que le dio la oportunidad a Bruce Arians, entonces coordinador ofensivo de los Colts, de tomar el control y demostrar el pedazo de entrenador principal que lleva dentro y que tan buenos resultados le está dando en los Cardinals de Arizona. Completamente recuperado de su enfermedad, Pagano volvió a asumir su papel, y desde entonces el equipo no ha dejado de mejorar. Aquel año Arians consiguió llevar a los Colts a playoffs, pero al año siguiente, Pagano consiguió proclamarse campeón de la división, y ganar el primer partido de Wild Card, contra los Chiefs, un partido que los aficionados no podremos olvidar jamás. Como todos sabéis, este año el equipo ha dado un paso más, ganando dos de los tres partidos de postemporada y cayendo a manos de unos Patriots campeones del Super Bowl, que le robaron el caramelo a los Colts como se lo podrían haber robado a un niño.

Chuck es un tipo muy valioso dentro del vestuario. Sus jugadores le tienen mucho respeto y afecto y se deshacen en elogios hacia él. Es un aglutinante que mantiene unidas todas las piezas. Si alguna vez lo habéis visto dando un discurso en el vestuario, después de un partido, entenderéis a qué nos referimos. Es capaz de insuflar moral y energía a sus hombres sólo con estar ahí, de eso no hay duda, pero Chuck no es un tipo que brille especialmente en el aspecto estratégico. Delega sus funciones en sus coordinadores y se centra en aspectos más globales. En contrapartida, es cierto que sabe reajustar, y lo suele hacer muy bien. Se adapta perfectamente al ritmo del partido y sabe cambiar por completo el planteamiento para darle la vuelta a un resultado adverso. Se le ha recriminado en años anteriores que no supiera tomar decisiones arriesgadas, pero esta temporada ha demostrado que está aprendiendo a ser más agresivo. Otra de las decepciones que podrían achacársele es el bajo rendimiento defensivo del equipo. Hemos comentado varias veces que Pagano tiene un perfil defensivo, y sin embargo el equipo ha sufrido mucho en este aspecto. Entiendemos perfectamente la fórmula de equipo equilibrado con un planteamiento defensivo sólido y una ofensiva incisiva como la de los Colts, pero la verdad es que la solidez en defensa es algo que sólo hemos visto en momentos esporádicos.

El equipo ha ido creciendo según crecía su entrenador principal, pero queda mucho por mejorar en muchos aspectos técnicos. Mención especial a la aportación de Rob Chudzinski, al que los Colts han podido retener, nombrándolo asociated head coach. Todos los analistas lo apuntan con el dedo cuando se habla de las decisiones más acertadas.


COORDINADOR OFENSIVO (C+):

El que fuera entrenador de Andrew Luck en Stanford, Pep Hamilton, es todo un misterio. Vimos cómo el año pasado, a pesar de la calidad del joven QB al que tan bien conoce, se empeñó en desarrollar un juego de power running. No se han tenido armas en el backfield como para poder llevar a cabo un experimento de tal calibre, pero es que además creemos que no se le puede quitar protagonismo a un fuera de serie como Luck. Este año, Hamilton apenas ha tardado un par de partidos en olvidarse de intentar establecer el juego de carrera para darle oportunidades al pase. En cuanto esto ha sido así, la ofensiva ha despegado de forma notable.

Este año la conversación ha girado en torno a su posible marcha a otro equipo como entrenador principal. La ofensiva ha dado mucho de qué hablar, y sólo al final hemos visto unos problemas que han desestabilizado la buena imagen dada al principio de la temporada.

Entre unas cosas y otras, Hamilton ha conseguido (gracias al talento de Luck, no nos cansaremos de repetirlo) coordinar una de las mejores ofensivas de la NFL. Visto con perspectiva, resulta extraño que un entrenador que se ha empeñado en darle el balón a los corredores durante el último año, forme una ofensiva unidimensional basada en su práctica totalidad por la genialidad de su QB y el talento que tiene alrededor en forma de WRs y TEs. Por eso es un misterio.

Se escucha mucho en medios americanos que Pep Hamilton terminará siendo entrenador principal antes o después. Nosotros vemos a un coordinador correcto, pero algo testarudo. No siempre elije la mejor jugada y desde luego no es un favorito de los fans. Es cierto que este año ha conseguido la mejor ofensiva por aire, pero con ciertas carencias en el juego de carrera. Hay quién dice que no sabe sacarle todo el partido al talento que tiene su QB, pero viendo los resultados, no sabemos bien ya dónde está el techo.

Si sigue progresando y aprendiendo de sus errores, y sobre todo, si los Colts refuerzan su línea ofensiva y dan un puñetazo en la mesa de la NFL con un fichaje como el de Frank Gore que le dé al equipo opciones en el backfield, Pep Hamilton puede ser el hombre perfecto para el puesto.


COORDINADOR DEFENSIVO (B):

A pesar de lo que se ha sufrido en algunos momentos en defensa, creemos que Greg Manusky no ha hecho tan mal su trabajo. No nos hemos cansado de repetir que una baja como la de Robert Mathis condiciona totalmente el planteamiento de un equipo, en el que el pass rush prácticamente recaía  sobre sus hombros. A pesar de la baja de Mathis, y del resto de problemas que la defensa ha planteado (mala defensa contra la carrera, pésima cobertura a tight ends y a corredores recibiendo), se ha jugado mejor que el año pasado.

Si de algo se le puede acusar a Manusky es de que no ha sabido enfrentarse a equipos con ofensivas de élite. La defensa de los Colts ha tenido tardes memorables contra equipos como Ravens o Bengals, pero a la hora de la verdad, los Bradys, Roehtlisbergers y Romos han sabido desmontar como un bisturí quirúrgico el esquema de Manusky.

Es posible que los problemas de esta defensiva tengan más que ver con el talento (o su falta más bien) en ciertas posiciones. Greg Manusky ha hecho lo que ha podido con lo que tenía, y ha conseguido mejorar el nivel mostrado el año pasado, lo que, dicho sea de paso, no era tan complicado.


GENERAL MANAGER (B):

Sentimientos encontrados los que algunos seguidores tenemos con Ryan Grigson. Es la cara viva de este nuevo proyecto que comenzó tras la marcha de Peyton Manning. Como hemos dicho una infinidad de veces, el equipo ha ido mejorando a lo largo de estas tres temporadas. Se han tomado algunas decisiones malas, y otras buenas.

Grigson es uno de los mayores culpables de la rápida recuperación del equipo que, no lo olvidemos, venía de perpetrar una temporada con un récord de 2 victorias y 14 derrotas, que perdía a su QB franquicia y sufría la desbandada de la gran mayoría de las estrellas de la era anterior. Grigson ha formado un proyecto estable y a largo plazo, y ha traído al equipo a gente de la talla de Luck, Hilton, Allen, Fleener, Davis o Newsome.

También es cierto que ha patinado con fichajes como Samson Satele, Darrius Heyward Bey, LaRon Landry o el más sonado de todos: Trent Richardson. Lo peor de todo no fue perder una primera ronda a cambio de un jugador que ha resultado ser un desastre. Lo peor ha sido cómo se ha gestionado todo el asunto. Desde que se le trajo desde Cleveland, a pesar de los resultados que ha obtenido, se le ha dado un protagonismo dentro del campo que no le correspondía. Brown, Bradshaw, Herron o incluso Tipton lo han hecho mejor que Richardson y, sin embargo, el equipo se ha empeñado en sacarlo a jugar una y otra vez. Intentando enmendar el error que fue traerlo a Indianapolis, no han hecho más que evidenciar mucho más la mala decisión que se tuvo, condicionando además, en parte, el juego de carrera del equipo. Estamos convencidos (aunque como todos somos humanos y podemos equivocarnos) de que la orden de intentarlo con T-Rich hasta el final viene de Grigson. Hoy sabemos, además, que el asunto podría ser más turbio de lo se pensaba, ya que la suspensión que le podría ahorrar mucho dinero a la organización al quitarse de encima al jugador, quizás no esté tan justificada como parecía. No vamos a entrar en detalles ahora mismo, porque además tampoco hay nada confirmado todavía, pero con eso y con todo, la gestión de todo este asunto ha sido lamentable.

A pesar de todo, Grigson, como buen scout que ha sido, sabe montar un equipo desde la base, y eso puede ser más importante que todo lo demás. Está construyendo un equipo con un fondo sólido y, a pesar de los errores, los aciertos son tan claros que acaban deslumbrando otros aspectos.

El año que viene contaremos de nuevo con la cara de susto que lleva Chuck Pagano de serie en la banda. El año que viene es el quinto y el definitivo para él. Si no es capaz de encumbrar al equipo en el camino hacia el Super Bowl, quizás no debería seguir en Indianapolis. Si no se consigue, al menos, jugar en febrero, dará la sensación de que no se está sabiendo aprovechar el talento que tienen muchos miembros del equipo.

Con esta entrada damos por finalizada la serie que hemos dedicado a analizar cada una de las posiciones dentro y fuera del campo. Si algo hemos sacado en claro mientras redactábamos estas seis entradas, es que los Colts tienen muchas de las piezas necesarias para ser contendientes al SB. Veremos cómo se portan los muchachos de las oficinas durante el draft y los días locos de la agencia libre, porque si se consigue reforzar los puestos que más mejora necesitan, sólo el cielo será el límite.








Fotografía: George Gojkovich.

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