lunes, 27 de octubre de 2014

Indianapolis Colts 34, Pittsburg Steelers 51.



Implosión defensiva en el Heinz Stadium. No se puede definir de otro modo lo ocurrido ayer domingo. Los Indianapolis Colts perdieron 51 a 34 contra unos Pittsburg Steelers que firmaron su mejor partido en años. La defensa que creíamos haber visto en semanas anteriores no era más que un espejismo. Ayer por la noche, una hora antes de lo acostumbrado, parecía que estábamos viendo a los Colts de los dos últimos años, no a los de las últimas semanas.

Indianapolis fue vapuleado por Pittsburg. No estuvo mal en ataque, todo hay que decirlo. Andrew Luck se intentó echar el equipo a la espalda y hubo un momento en el que parecía que la remontada estaba al alcance de la mano, pero la defensa tuvo una actuación lamentable, permitiendo 51 puntos y 639 yardas. Luck luchó con toda su alma por ganar el partido, pero una línea ofensiva que no supo protegerlo y una defensa autodestructiva se lo impidieron.

Hacía mucho tiempo que no veía jugar a los Steelers tan bien. A pesar de la actuación desastrosa de la defensa de los Colts, no se les puede quitar el mérito. Hicieron un planteamiento ofensivo acertadísimo, cortado a la perfección a la medida de la defensa de los Colts. Supieron aprovechar los puntos flacos, cerraron muy bien los huecos en la línea, y Ben Roethlisberger se salió. Superó las 500 yardas de pase y anotó 6 touchdowns. Una máquina de matar. El tight end Heath Miller estuvo solo toda la noche y consiguió más de 100 yardas y una anotación. Antonio Brown fue letal, consiguió 133 yardas y dos TD. Un auténtico festival ofensivo que supo neutralizar por completo el pass rush y pasó por encima de la defensiva de los Colts sin piedad alguna.

Tras un primer cuarto en el que ambos equipos estuvieron bien, llegó la debacle. Hasta 28 puntos anotó Pittsburg durante el segundo cuarto. Los hombres de Luck lo intentaron y contestaron con determinación, llegando a apurar a unos Steelers que vieron que les remontaban el partido, pero la defensa no permitió remontada alguna, dejando una y otra vez que los de Roethlisberger recorrieran el campo a su antojo. Durante el último cuarto, los Colts firmaron su sentencia de muerte.

A pesar de todo, Andrew Luck hizo un buen partido. Consiguió 400 yardas de pase, 3 TD y 2 intercepciones. A pesar del pésimo trabajo de la línea, hizo todo lo que pudo, le echó un coraje tremendo y a punto estuvo de darle la vuelta al partido. T.Y. Hilton volvió a estar enorme. 155 yardas y un TD. Donte Moncrief dio un paso adelante consiguiendo 113 yardas y un TD, el primero como profesional. Tras la actuación de Hakeem Nicks, que adolece una falta total de entendimiento con su QB, raro sería que Moncrief no tomara su relevo como receptor titular. Ahmad Bradshaw estuvo a la altura de lo esperado, con 35 yardas de carrera y un TD, y 52 yardas de recepción. Lo más negativo de esta ofensiva, sin duda alguna, fue la línea. El trabajo realizado a lo largo de la temporada quizás haya empañado un poco el que, hasta el año pasado, era el punto más débil de los Colts. Ayer retrocedieron al año anterior y permitieron que la defensa local tirara al suelo al QB una cantidad de veces remarcable. El color de la camiseta de Luck lo decía todo.

Si bien en ataque no se jugó mal, en defensa todo lo que podía salir mal, salió peor. El pass rush desapareció de la noche a la mañana. Ni rastro de él. Ni una sola vez se llegó si quiera a apurar a Big Ben. Ni una sola vez. El QB local jugó muy cómodo y con todo el tiempo del mundo para lanzar. Björn Werner y Cory Redding desaparecidos en combate. El cuerpo técnico lo intentó todo. Ir al blitz. No ir al blizt. Se intentó todo, menos cubrir la zona central. Todo lo bueno que es Jerrell Freeman parando la carrera lo echa por tierra en cuanto tiene que cubrir el pase. La ofensiva de Pittsburg ametralló a Indianapolis con una serie de pases cortos y medios, castigando sin piedad el lado más vulnerable de esta defensa. La secundaria fue un chiste. Sin la ayuda de un pass rush efectivo (o al menos existente) y con la salida de Vontae Davis por lesión, ni Greg Toler, ni Darius Buttler, ni Josh Gordy supieron reaccionar ante la avalancha de los señores del acero.

Hay que trabajar mucho y muy duro durante esta semana. No es el fin del mundo, pero si los Colts quieren recuperar la confianza tienen mejorar en muchos aspectos. No se puede dar una imagen de equipo campeón una semana y recibir semejante paliza a la siguiente.

Nos encontramos en el ecuador de la liga. Quedan partidos duros por delante. La próxima jornada los Colts se enfrentarán a los Giants, y contra los de la gran manzana cualquier cosa puede ocurrir. Espero que esta derrota haya sido un jarro de agua fría que despierte tanto a jugadores como al equipo de entrenadores. Espero que sirva como revulsivo, para que a partir de ahora se juegue con más regularidad y se vuelva al nivel mostrado durante los últimos partidos.





Fotografía: Charles LeClaire.

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